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INFLUENCIA DEL BOCASHI
COMO COMPLEMENTO DE LA
FERTILIZACIÓN NITROGENADA EN EL
CULTIVO DEL MAÍZ (Zea mays)
INFLUENCE OF BOCASHI AS A COMPLEMENT OF NITROGENATED
FERTILIZATION IN THE CULTIVATION OF CORN (Zea mays)
Recibido: 03/02/2021 - Aceptado: 25/05/2021
Albino Ávila Franco
Docente de la Universidad Agraria del Ecuador
Guayaquil - Ecuador
Magíster en Ciencias en Agricultura Tropical Sostenible
aavila@uagraria.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-4911-7771
Pablo Israel Vargas Guillén
Universidad Técnica Luis Vargas Torres de Esmeraldas
Esmeraldas - Ecuador
Magíster en Educación Superior
pablo.vargas.guillen@utelvt.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-6815-0425
Nexar Alfredo Mora Briones
Investigador independiente
Rocafuerte - Ecuador
Ingeniero Agrónomo
nexarmora@yahoo.com
Cómo citar este artículo:
Ávila, A., Vargas, P., & Mora, N. (Enero - junio de 2021). Inuencia del bocashi
como complemento de la fertilización nitrogenada en el cultivo
del maíz (zea mays). Sathiri: Sembrador (16)1, 155-166. https://doi.
org/10.32645/13906925.1047
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Ávila, A., Vargas, P., & Mora, N. (Enero - junio de 2021). Inuencia del bocashi como complemento de la fertilización nitrogenada en el cultivo del maíz (zea mays) . Sathiri: Sembrador (16)1,
155-166. https://doi.org/10.32645/13906925.1047
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Resumen
Este estudio se realizó para presentar una alternativa al aprovechamiento de los residuos orgánicos
vegetales que existen en la zona (cantón Rocafuerte, provincia de Manabí) para producir bocashi,
y utilizarlo como complemento en la producción de maíz como fertilizante al suelo y mejorar sus
características agronómicas del cultivo, para lo cual se utilizó un diseño de bloques completos al
azar, con cuatro repeticiones y cinco tratamientos : T1 Fertilización química NPK ,T2 fertilización
química 75% NPK más bocashi ; T3 fertilización química 50% NPK más bocashi ; T4 fertilización
química 25% NPK más bocashi y T5 bocashi. Las variables evaluadas en el presente estudio fueron:
altura de planta, diámetro de tallo, altura de inserción de mazorca, número de mazorcas por
planta, longitud y diámetro de mazorcas, número de hileras por mazorcas, peso 100 semillas,
número de mazorcas/parcela y peso neto Kg/ha. Las que no presentaron diferencias estadísticas
en las respuestas a los tratamientos; sin embargo, los tratamientos T4 fertilización química 25%
más bocashi 10 TM y T2 fertilización química 75% más bocashi, 10 TM, mostraron los valores más
altos en la variable peso neto, con 5738,93 Kg/ha y 5631,6 Kg /ha, respectivamente. Se espera que
muchos adopten esta forma práctica de reducir la dependencia externa de fertilizantes químicos en
época de austeridad económica del país, y que contribuyen a la transformación de una agricultura
más amigable con el ambiente.
Palabras claves: Residuos orgánicos, bocashi, dependencia externa, ambiente.
Abstract
This study was carried out to present an alternative to the use of organic vegetable residues that
exist in the area (Canton Rocafuerte, province of Manabí) to produce bocashi, and to use it as
a complement in the production of maize as fertilizer to the soil and to improve its agronomic
characteristics Of the culture, for which a complete block design was used at random, with four
replicates and ve treatments: T1 Chemical fertilization NPK, T2 chemical fertilization 75% NPK
plus bocashi; T3 chemical fertilization 50% NPK plus bocashi; T4 chemical fertilization 25% NPK
plus bocashi and T5 bocashi. The variables evaluated in the present study were: plant height, stem
diameter, ear insertion height, number of ears per plant, length and diameter of ears, number of
rows per ears, weight 100 seeds, number of ears / plot And net weight kg / ha. Those that did not
present statistical dierences in the responses to the treatments; However, treatments T4 chemical
fertilization 25% plus bocashi 10 TM and T2 fertilization chemical 75% plus bocashi 10 TM, showed
the highest values in the variable net weight, with 5738.93 kg / ha and 5631.6 kg / ha , Respectively.
Many are expected to adopt this practical way of reducing the external dependence of chemical
fertilizers in a time of economic austerity of the country, and that contribute to the transformation
of agriculture more friendly to the environment.
Keywords: Organic waste, bocashi, external dependence, environment.
INFLUENCIA DEL BOCASHI
COMO COMPLEMENTO DE LA
FERTILIZACIÓN NITROGENADA EN
EL CULTIVO DEL MAÍZ (Zea mays)
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Introducción
En Ecuador, el cultivo de maíz (Zea mays L.), es de gran importancia, ya que constituye el sustento de
muchas familias campesinas que por tradición lo siembran desde mucho tiempo atrás, ya sea por
ser básico para la alimentación humana, o por la creciente demanda que tiene para la elaboración
de alimentos balanceados destinado a animales (Sancamilo, 2015). La producción y rendimiento del
maíz, se ha incrementado en la provincia de Manabí en los últimos años, gracias a los incentivos
gubernamentales a través de subsidios de “kits de semillas” entregados por el Gobierno en convenio
con empresas privadas que importan materiales de alto rendimiento, los cuales necesitan de altas
dosis de abonos químicos para expresar su potencial de rendimiento según el (MAGAP, 2015).
La materia orgánica cumple un papel importante en la fertilidad de los suelos en tres aspectos
que son: las propiedades físicas como es la porosidad, retención de agua y estabilidad de agregados,
en la parte química están los procesos de mineralización y la capacidad de cambio de cationes, por
último, en lo biológico encontramos la actividad microbiana del suelo, como lo indica (Arellano,
2013) que la materia orgánica o humus contiene aproximadamente un 5% de nitrógeno, por lo que
su valor en el suelo se puede calcular multiplicando por 20 su contenido en nitrógeno.
Tradicionalmente para la preparación del bocashi los agricultores japoneses utilizaban materia
orgánica como semolina de arroz, torta de soya, harina de pescado, y suelo de los bosques como
inoculante de microorganismos. Estos suelos contienen varios microorganismos benécos que aceleran
la preparación del abono. El bocashi ha sido utilizado por los agricultores japoneses como un mejorador
del suelo que aumenta la diversidad microbiana, mejora las condiciones químicas y físicas, previene
enfermedades del suelo, y lo suple de nutrientes para el desarrollo de los cultivos (Shintani et.al. 2000).
Por ello es importante un manejo integrado de abonos orgánicos, entre ellos el bocashi, por su efecto
en la actividad enzimática, colonización de micorrízica y rendimiento del maíz (Álvarez – Solís., et al, 2010)
Los ingredientes han variado, pero el método mantiene sus principios. Es importante
entender que es un abono diferente del compost, sobre todo porque el compost pasa por las tres
etapas de descomposición y formación de ácidos húmicos, mientras que en el Bocashi solo realiza la
primera etapa, siendo este un compost sin terminar (Ortega, 2012).
Según Restrepo (2007) para la preparación del bocashi se deben seguir los siguientes pasos:
Iniciar la mezcla de la cascarilla de arroz, el bagazo o el tamo picado con el estiércol; la tierra cernida,
y se mezcla todo; después se incorpora el resto de materiales, arriba descrita. La mezcla se debe
mantener en un sitio cubierto, donde no lo afecte la lluvia, viento o rayos solares, ya que, al no
controlar estos factores, se afectaría la calidad nal del abono e incluso se detiene la fermentación.
Así mismo (Restrepo 2007) sugiere no descuidar la humedad, ni la temperatura, porque la actividad
microbiana puede perjudicarse por falta de oxigenación o por exceso de humedad y cuando tenga
experiencia en la elaboración del abono bocashi, seleccione una buena cantidad del mejor abono
que haya producido, para utilizarlo como “semilla”, o sea, la principal fuente de inoculación (junto con
la levadura); de esta manera, se evita el uso de tierra de bosque nativo y carbón vegetal.
La mayoría de los abonos orgánicos de origen animal y vegetal contienen elementos nutritivos
como N, P, K, Mg, y elementos menores como Ca, Zn, en concentraciones bajas según (Carrillo et al., 2014).
En cuanto a su utilización en agricultura Chinchilla (2012), concluye que la incorporación
de abono orgánico tipo bocashi al suelo, inuye positivamente sobre las variables morfológicas y
productivas del desarrollo de los cultivos. En trabajos desarrollados por Baustista et al. (2015)
expresó, que la aplicación del bocashi solo o combinado con fertilizantes de liberación lenta, mejoró
la fertilidad biológica del suelo en el cultivo de maíz. Además, (Quintanilla et al., 2013), señalan la
importancia de la aplicación de abonos orgánicos por el benecio para el crecimiento de organismos,
teniendo entre sus funciones la de ser descomponedores de celulosa, lignina y pectina; también
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indican que al aplicar los abonos orgánicos combinados con fertilizantes se observa alta presencia de
microorganismos, siendo esto propicio para el suelo y el cultivo; como por ejemplo menciona (Orozco
et al., 2015), en el bocashi se encuentran nematodos bacteriófagos en altas cantidades, lo que resulta
benecioso debido a los efectos positivos de estos organismos en el suelo y en la nutrición vegetal.
Experimentaciones emplazadas por Atocha (2012), donde evaluó la producción de maíz (Hibrido
Agroceres A001) con la aplicación de abonos orgánicos, se alcanzó los mejores resultados, como: altura
de planta a los 90 días, de 2,43 metros, tamaño de mazorcas: Largo 18.68 cm, Ancho 17,25 cm, y un
índice de rentabilidad de1,68m, derivado del tratamiento basado en bocashi. Así mismo en un estudio
interacción genotipo-ambiente del rendimiento y calidad de grano y tortilla de híbridos de maíz en valles
altos de Tlaxcala, México, mencionan que las condiciones de siembra y las ambientales inuyen sobre el
rendimiento y las características físicas de los híbridos estudiados, especialmente sobre el tamaño del
grano y la dureza (Vázquez et al., 2012). De esta manera también Barrera et al. (2017) establecen, que los
mayores rendimientos de grano correspondieron a la fertilización química y a la de bocashi, sin diferencias
estadísticas signicativas. Se concluyó que el bocashi puede sustituir a la fertilización química. Lo cual es
raticado en otra experimentación de Arrieta et al. (2018) expone que los rendimientos donde se aplicó el
abono bocashi fueron aceptables al compararlos con otros resultados obtenidos en iguales condiciones
y superaron al tratamiento donde se aplicó la fertilización química.
El presente estudio tiene como nalidad determinar la aplicación de abonos químicos, junto
con materia orgánica, especícamente el bocashi, para la siembra de maíz en rotación con cultivos
de hortalizas, bajo un sistema de agricultura convencional, en la cual se utiliza altas cantidades de
fertilizantes químicos por parte de los agricultores de este sector.
Materiales y métodos
La investigación se realizó en el sector conocido como Cerecito del cantón Rocafuerte, localidad
que forma parte del valle del Río Portoviejo, posee un clima relativamente fresco, su temperatura media
anual oscila los 25 ºC. La humedad relativa es de 84%, y la precipitación media anual es de 163.5 mm; la
zona donde estará ubicado el ensayo se cataloga según la clasicación Holdridge como Monte Espinoso
Tropical, y Bosque Muy Seco Tropical. (INAMHI 2014), en las coordenadas: 17M 0554700 y UTM 9897863.
El experimento se condujo bajo un diseño de bloques completos al azar con cinco tratamientos
y cuatro repeticiones. El análisis estadístico de los resultados fue sometido al análisis de varianza y las
medias de los tratamientos comparadas con la prueba de Tukey al 5% de probabilidad estadística.
Tabla 1
Tratamiento y Dosicaciones.
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Resultados y discusión
Altura de planta. En la altura de la planta, la mayor ponderación a los 20 días fue para el tratamiento
uno (Fertilización química NPK), mientras que el menor promedio correspondió al tratamiento cuatro
(Fertilización química 25% + bocashi 10 TM/ha). A los 40 días el promedio mayor en altura de planta la
obtuvo el tratamiento cinco (bocashi 10TM/ha) y el tratamiento uno (Fertilización química NPK) obtuvo
el valor más bajo. A los 55 días el mayor promedio en altura de planta la obtuvo el tratamiento uno
(Fertilización química NPK) y la menor altura el tratamiento tres (Fertilización química 50%+bocashi
10 TM), el análisis de varianza no mostró signicancia para esta variable a los 20, 40 y 55 días, sin
embargo, hubo diferencias numéricas entre tratamientos tal como se observa en la tabla 2.
Tabla 2
Altura de planta.
Diámetro del tallo.
En el diámetro del tallo, la ponderación máxima, determinado a los 20 días
perteneció al tratamiento cinco (bocashi 10 TM/ha), mientras que el menor valor correspondió al
tratamiento tres (Fertilización química 50%+bocashi 10 TM). A los 40 días el mayor valor obtenido en
diámetro de tallo lo compartieron los tratamientos: T2 (Fertilización química 75%+bocashi 10 TM/ha)
y T5 (bocashi 10 TM/ha), siendo que el tratamiento uno (Fertilización química NPK) obtuvo el valor más
bajo de 1,77 cm. A los 55 días el mayor diámetro de tallo lo ostentó el tratamiento dos (Fertilización
química 75%+bocashi 10 TM), mientras que el menor valor lo compartieron los tratamientos: T1
(Fertilización química NPK) y T3 (Fertilización química 50%+bocashi 10 TM), el análisis de varianza no
mostró signicancia para esta variable a los 20, 40 y 55 días, sin embargo, hubo diferencias numéricas
entre tratamientos tal como se observa en la tabla 3.
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Tabla 3
Diámetro de tallo
Altura de inserción de mazorca.
En la inserción de mazorca, la mayor altura la obtuvo el
tratamiento uno (Fertilización química NPK) y el menor valor promedio lo ostentaron los tratamientos:
T2 (Fertilización química 75%+bocashi 10 TM/ha) y T3 (Fertilización química 50%+bocashi 10 TM),
el análisis de varianza no mostró signicancia para esta variable, sin embargo, hubo diferencias
numéricas entre tratamientos ver (Tabla 4).
Tabla 4
Altura de inserción de mazorca.
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Número de mazorcas por plantas. En el número de mazorcas por plantas el análisis de varianza
no mostró signicancia para esta variable, siendo el valor promedio de 1,01 mazorcas por planta.
Se puede observar que el tratamiento cinco (bocashi 10 TM/ha) obtuvo un valor ligeramente más
alto en relación a los demás tratamientos de 1,03 mazorcas por planta, ver Tabla 5.
Tabla 5
Número de mazorcas por planta.
Longitud de mazorca.
En la longitud de mazorca el análisis de varianza no mostró signicancia
para esta variable, sin embargo, hubo diferencias numéricas entre tratamientos. La mayor longitud
de mazorca la obtuvo el tratamiento dos (Fertilización química 75%+bocashi 10 TM/ha) y el menor
valor promedio lo mostró el tratamiento tres (Fertilización química 50%+bocashi 10 TM). tal como se
observa en la tabla 6.
Tabla 6
Longitud de mazorca.
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Diámetro de mazorca. En el diámetro de la mazorca el análisis de varianza no mostró signicancia
para esta variable, sin embargo, hubo diferencias numéricas entre tratamientos. El mayor diámetro
de mazorca fue presentado por el tratamiento uno (Fertilización química NPK), mientras que el menor
valor promedio lo presento el tratamiento tres (Fertilización química 50%+bocashi 10 TM), tal como se
observa en la tabla 7.
Tabla 7
Diámetro de mazorcas.
Número de hileras por mazorca.
En el número de hileras por mazorca el análisis de varianza no
mostró diferencias signicativas para esta variable, sin embargo, hubo diferencias numéricas entre
tratamientos. La mayor cantidad de hileras por mazorcas la obtuvo el tratamiento dos (Fertilización
química 75%+bocashi 10 TM/ha) y el menor valor promedio el tratamiento cinco (bocashi 10 TM) tal
como se observa en la tabla 8.
Tabla 8
Número de hileras por mazorcas.
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Peso de 100 semillas. En el peso de 100 semillas el análisis de varianza no mostró diferencias
signicativas, sin embargo, hubo diferencias numéricas entre los tratamientos. El mayor peso de 100
semillas obtenido fue el tratamiento uno (Fertilización química NPK), mientras que el menor valor el
tratamiento tres (Fertilización química 50% + bocashi 10 TM/ha), tal como se observa en la tabla 9.
Tabla 9
Peso de 100 semillas, número de mazorcas/parcela y peso neto Kg/ha
Número de mazorcas por parcelas.
En el número de mazorcas por parcelas el análisis de
varianza no mostró signicancia para esta variable, sin embargo, hubo diferencias numéricas entre
tratamientos. El mayor número de mazorcas por parcela lo obtuvo el tratamiento cuatro (Fertilización
química 25% + bocashi 10 TM/ha) y, por otro lado, el tratamiento tres (Fertilización química 50% +
bocashi 10 TM/ha) obtuvo el valor promedio más bajo, tal como se observa en la tabla 10.
Tabla 10
Peso de 100 semillas, número de mazorcas/parcela y peso neto Kg/ha
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Como se evidenció en los resultados, las variables agronómicas que inuyen en el rendimiento
no presentan diferencias estadísticas en las respuestas a los tratamientos con fertilizante químico,
bocashi y los combinados químico- bocashi. De las variables, altura y el diámetro de tallo a los 20, 40
y 55 días presentan valores promedios de 35,20; 154,36 y 223,09 cm de altura de planta la altura a los
40 días, es mayor con abono orgánico que el de fertilizante químico lo que concuerda con lo indicado
por (Atocha, 2012), y de 1,05; 1,81 y 1,80 cm de diámetros respectivamente; y una altura de inserción
de mazorca promedio de 144,95 cm, lo que puede ser causado por las condiciones climáticas que
alteran el potencial de crecimiento de las plantas, es decir, un mismo material genético desarrolla
su potencial agronómico de manera diferente de acuerdo a las condiciones agroecológicas en que
se desarrolla, como lo reporta (Vázquez et al., 2012) en su estudio interacción genotipo-ambiente
de híbridos de maíz en México, donde mencionan que las condiciones de siembra y las condiciones
ambientales inuyeron sobre el rendimiento y las características físicas de los híbridos.
De igual manera, las variables número de mazorcas por planta, longitud de mazorca, diámetro
de mazorcas, número hileras por mazorcas y peso de 100 semillas, con promedio de 1,01 mazorcas,
15,80 cm, 4,78 cm, 16,06 hileras y 35,77 g, no muestran diferencias estadísticas en la respuesta a los
tratamientos, lo que concuerda con (Quintanilla et al., 2013), que indican resultados similares en su
investigación de incidencia del bocashi, gallinaza y su combinación con fertilizantes químicos en la
mejora de la fertilidad del suelo y en los rendimientos de maíz, donde los diferentes tipos de abonos
no afectaron las variables de producción del cultivo de maíz como son: altura y diámetro de planta,
longitud y diámetro de mazorca. Estos autores también maniestan que sin embargo de no presentar
diferencias estadísticas las variables en relación a los tratamientos, la altura y grosor de planta; largo
y grosor de la mazorca, obtuvieron los mejores resultados en los tratamientos combinados abono
orgánico más químico, y los resultados más bajos en los tratamientos solos, tanto el químico como
la gallinaza;
En la variable peso neto, no se evidencian diferencias entre los tratamientos, se tiene un
valor promedio de 5344,41 Kg/ha, siendo los tratamientos 4 (Fertilización química 25% + bocashi 10
TM/ha) con 5738,93 Kg /ha, y 2 (Fertilización química 75% + bocashi 10 TM/ha) con 5631,61 Kg /ha ;
estos datos refuerzan lo reportado por (Quintanilla et al., 2013), donde no se registraron diferencias
estadísticas en el rendimiento del maíz a distintos tipos de abonamientos químicos y orgánicos,
obteniendo el mayor promedio el tratamiento combinado bocashi más químico, el que superó
numéricamente a la parcela fertilizada solamente con químico.
Conclusiones
Se puede indicar que las variables agronómicas de estudio en la presente investigación,
no presentan diferencias signicativas, en cada uno de los tratamientos tanto el fertilizante
químico y orgánico (bocashi), y combinados.
Pese a no presentarse diferencias signicativas entre los tratamientos, si se observan valores
promedios más altos en algunas variables evaluadas, con respecto al uso individual o
combinado de bocashi.
Existen aspectos agro-morfológicos como diámetro del tallo, y la altura de inserción de la
mazorca, en los cuales se observa un diferente comportamiento de un mismo material
genético, bajo condiciones ambientales similares; aduciendo muchos autores propuestos
sus postulados en la introducción, se puede deber a características de clima y siembra.
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La utilización de bocashi mejoró las características físico, químico y biológicas del suelo; lo
que se muestra en el desempeño de la planta; alcanzando promedios altos, en conjunto con
los fertilizantes químicos, además de una mayor población de microfauna benéca como es
la presencia de lombrices, actinomicetes; y un mejor manejo de residuos.
El bocashi es un abono generalmente que actúa bajo condiciones aeróbicas, lo cual no genera
sustancias tóxicas, ni hedores en su maduración, pero actúa directamente en el crecimiento
debido a la activación de tohormonas – toreguladores que proveen dicha condición en la
planta.
La experimentación muestra la facultad del bocashi en su accionar como complemento de la
fertilización química; sin embargo, puede presentar gran signicancia en su uso diferenciado
e individual a largo plazo, y en conjunto no sólo con fertilizantes sintéticos, sino también con
otros abonos orgánicos, verdes.
El nitrógeno es un nutrimento esencial para las plantas y estructural en el bocashi, cuya
jación a lo largo del tiempo de maduración es regulada y retenida en el complejo húmico-
arcilloso, brindando la prestancia necesaria para su de forma prolongada (largo plazo).
El nitrógeno presente en el bocashi muestra la eciencia en la absorción, denotado en el
crecimiento y desarrollo de la planta (longitud, altura, diámetros de estructuras vegetales);
emulando al nitrógeno suministrado en los compuestos sintéticos.
Referencias
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