INFLUENCIA DEL BOCASHI
COMO COMPLEMENTO DE LA
FERTILIZACIÓN NITROGENADA EN
EL CULTIVO DEL MAÍZ (Zea mays)
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Cómo citar este artículo:
Ávila, A., Vargas, P., & Mora, N. (Enero - junio de 2021). Inuencia del bocashi como complemento de la fertilización nitrogenada en el cultivo del maíz (zea mays) . Sathiri: Sembrador (16)1,
155-166. https://doi.org/10.32645/13906925.1047
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Introducción
En Ecuador, el cultivo de maíz (Zea mays L.), es de gran importancia, ya que constituye el sustento de
muchas familias campesinas que por tradición lo siembran desde mucho tiempo atrás, ya sea por
ser básico para la alimentación humana, o por la creciente demanda que tiene para la elaboración
de alimentos balanceados destinado a animales (Sancamilo, 2015). La producción y rendimiento del
maíz, se ha incrementado en la provincia de Manabí en los últimos años, gracias a los incentivos
gubernamentales a través de subsidios de “kits de semillas” entregados por el Gobierno en convenio
con empresas privadas que importan materiales de alto rendimiento, los cuales necesitan de altas
dosis de abonos químicos para expresar su potencial de rendimiento según el (MAGAP, 2015).
La materia orgánica cumple un papel importante en la fertilidad de los suelos en tres aspectos
que son: las propiedades físicas como es la porosidad, retención de agua y estabilidad de agregados,
en la parte química están los procesos de mineralización y la capacidad de cambio de cationes, por
último, en lo biológico encontramos la actividad microbiana del suelo, como lo indica (Arellano,
2013) que la materia orgánica o humus contiene aproximadamente un 5% de nitrógeno, por lo que
su valor en el suelo se puede calcular multiplicando por 20 su contenido en nitrógeno.
Tradicionalmente para la preparación del bocashi los agricultores japoneses utilizaban materia
orgánica como semolina de arroz, torta de soya, harina de pescado, y suelo de los bosques como
inoculante de microorganismos. Estos suelos contienen varios microorganismos benécos que aceleran
la preparación del abono. El bocashi ha sido utilizado por los agricultores japoneses como un mejorador
del suelo que aumenta la diversidad microbiana, mejora las condiciones químicas y físicas, previene
enfermedades del suelo, y lo suple de nutrientes para el desarrollo de los cultivos (Shintani et.al. 2000).
Por ello es importante un manejo integrado de abonos orgánicos, entre ellos el bocashi, por su efecto
en la actividad enzimática, colonización de micorrízica y rendimiento del maíz (Álvarez – Solís., et al, 2010)
Los ingredientes han variado, pero el método mantiene sus principios. Es importante
entender que es un abono diferente del compost, sobre todo porque el compost pasa por las tres
etapas de descomposición y formación de ácidos húmicos, mientras que en el Bocashi solo realiza la
primera etapa, siendo este un compost sin terminar (Ortega, 2012).
Según Restrepo (2007) para la preparación del bocashi se deben seguir los siguientes pasos:
Iniciar la mezcla de la cascarilla de arroz, el bagazo o el tamo picado con el estiércol; la tierra cernida,
y se mezcla todo; después se incorpora el resto de materiales, arriba descrita. La mezcla se debe
mantener en un sitio cubierto, donde no lo afecte la lluvia, viento o rayos solares, ya que, al no
controlar estos factores, se afectaría la calidad nal del abono e incluso se detiene la fermentación.
Así mismo (Restrepo 2007) sugiere no descuidar la humedad, ni la temperatura, porque la actividad
microbiana puede perjudicarse por falta de oxigenación o por exceso de humedad y cuando tenga
experiencia en la elaboración del abono bocashi, seleccione una buena cantidad del mejor abono
que haya producido, para utilizarlo como “semilla”, o sea, la principal fuente de inoculación (junto con
la levadura); de esta manera, se evita el uso de tierra de bosque nativo y carbón vegetal.
La mayoría de los abonos orgánicos de origen animal y vegetal contienen elementos nutritivos
como N, P, K, Mg, y elementos menores como Ca, Zn, en concentraciones bajas según (Carrillo et al., 2014).
En cuanto a su utilización en agricultura Chinchilla (2012), concluye que la incorporación
de abono orgánico tipo bocashi al suelo, inuye positivamente sobre las variables morfológicas y
productivas del desarrollo de los cultivos. En trabajos desarrollados por Baustista et al. (2015)
expresó, que la aplicación del bocashi solo o combinado con fertilizantes de liberación lenta, mejoró
la fertilidad biológica del suelo en el cultivo de maíz. Además, (Quintanilla et al., 2013), señalan la
importancia de la aplicación de abonos orgánicos por el benecio para el crecimiento de organismos,
teniendo entre sus funciones la de ser descomponedores de celulosa, lignina y pectina; también