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Cómo citar este artículo:
Herrera, M. (Enero - junio de 2021). Entre abejas, conocimiento y zumbidos de protesta. Sathiri: Sembrador (16)1, 167-185. https://doi.org/10.32645/13906925.1048
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hombre deja de ser visto como el centro del universo y señor absoluto de la naturaleza y pasa a ser
cuestionado por las transformaciones que genera en la biósfera. La tecnología creada por el hombre
genera poder, que, a su vez, genera responsabilidad, tanto frente a las generaciones futuras, como
a la naturaleza como un todo. Aunque poderoso, el hombre es parte integrante de la naturaleza y
no un ser superior a ella. Los recursos naturales son nitos y deben ser compartidos entre todos los
seres que habitan este planeta, por una cuestión de sobrevivencia de la propia biósfera (p. 168).
El ser humano no es el centro de la naturaleza, es apenas una parte de un todo, que, a
través de la transformación con el pretexto de crear desarrollo, ha desplazado o más bien se ha
apropiado de espacios pertenecientes a otros reinos, crear conciencia y lograr su entendimiento, es
un reto para quienes buscan alternativas de equilibrio entre el hombre y la naturaleza. La situación
es alarmante, organizaciones internacionales y gobiernos lo han manifestado ya, en especial es el
hábitat de las abejas el que ha sido el foco de atención, las abejas se encuentran en un gran peligro.
ONU (2017) ha expresado una gran preocupación por las abejas a tal punto que el 18 de octubre del
2017, creó la resolución: A/C.2/72/L.32:
considerando: la urgente necesidad de proteger a las abejas y otros polinizadores de manera
sostenible, […], reconociendo la contribución y el papel fundamental que desempeñan las abejas y otros
polinizadores en la producción sostenible de alimentos y la nutrición, […], y, expresando preocupación
porque las abejas y otros polinizadores están en peligro a causa de una serie de factores, en particular
relacionados con los efectos de actividades humanas como los cambios en el uso de la tierra, las
prácticas de agricultura intensiva y el uso de plaguicidas, así como la contaminación, las plagas, las
enfermedades y el cambio climático, que amenazan su hábitat, su salud y su desarrollo, […], decidió,
designar el 20 de mayo como el Día Mundial de las Abejas (pp.1-2.).
Esta declaración, acompaña a otras propuestas que resaltan la importancia de las abejas
para el ecosistema y que poco a poco se cristalizan de manera que, garanticen la permanencia de las
abejas en el planeta. De acuerdo con France24 (2020) “El Parlamento francés examina un proyecto de
ley sobre los neonicotinoides, prohibidos desde 2018 por ser dañinos para las abejas”. El Gobierno
de Puerto Rico (2016), reconoció que las abejas deben ser protegidas, ya que, polinizan la mayor
parte de las plantas que existen. Cerca de dos terceras partes de la dieta de los seres humanos
proviene de plantas polinizadas, también es vital la polinización para la reproducción de plantas
utilizadas para alimentar al ganado y otros animales en la cadena alimentaria y para mantener la
diversidad genética de las plantas con ores. La falta de abejas provocaría un efecto en cascada, ya
que las abejas y demás polinizadores juegan un rol fundamental en la regulación de los ecosistemas,
y expidió, la Ley para la Protección y Preservación de los Polinizadores de Puerto Rico, signada como
Ley Núm. 156-2016. (pp. 2- 4).
Si desaparece un organismo en la cadena alimentaria, se alterarían los ecosistemas y
crearían un efecto en cascada que poco a poco afectaría al planeta entero, por eso, es necesario,
generar conciencia, los llamados a ello, quienes representan a las regiones, en las autoridades recae
la responsabilidad de recoger el criterio de la población y plantear leyes que garanticen la vida. En lo
que respecta a países de América del Sur, Colombia ha generado una iniciativa innovadora: Londoño
(2019) presenta el Proyecto de Ley No. 053 de 2019: En Colombia, la situación no es diferentes, las
abejas y los polinizadores se encuentran constantemente amenazas e invisibilizadas, desconociendo
su alto potencial frente a este servicio ecosistémico y dando la espalda a un sector crucial de la
economía campesina como es la apicultura y cría de abejas. Es así que, presento con entusiasmo
esta iniciativa legislativa, que busca incentivar la conservación, protección, fomento, investigación y
uso sostenibles de las abejas, el desarrollo de la apicultura y de los polinizadores en Colombia. (p. 11).