Introducción
La comodidad y la postura son dos aspectos ergonómicos muy influyentes dentro del ámbito
docente y su ambiente laboral, en la que estructuras corporales como los músculos, articulaciones,
huesos, sistema circulatorio entre otros, se ven sumamente afectados, causando trastornos
musculoesqueléticos agravados o acelerados, que en muchas de las ocasiones por las diversas
posiciones, posturas y el ambiente de trabajo en el que lo desarrollan causan efectos irreversibles.
Con las nuevas tecnologías y el avance que se ha venido dando a través de los últimos años
resulta extraño no encontrar a un docente universitario desempeñando sus actividades con pantalla
de visualización de datos (PVD’s). Actividades que actualmente se viene dando de forma intensiva,
en la cual es evidente la falta de mobiliario adecuado que se adapte a las condiciones y capacidades
de cada usuario, ya que estos han sido diseñados de forma general y siguiendo estándares generales
o básicos requeridos, presentando diferentes formas, altura, tamaño y materiales que son
determinados únicamente por el constructor y en ocasiones bajo ciertos criterios ofrecidos por la
empresa contratante del servicio.
En donde cada uno de los docentes son quienes deben adaptarse a las diferentes situaciones
presentes y a las labores que debe desempeñar en los mismos, y que no sean los muebles o equipos
quienes deban acoplarse a las necesidades requeridas por cada uno de ellos. Como lo muestra la
Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (UNESCO/OREALC) en un
estudio realizado en el año 2005 en seis países de la región sobre las condiciones de trabajo y salud
docente, para profesores de educación primaria y secundaria se muestra que las condiciones de
trabajo y salud son factores inexplorados en el desempeño profesional. Además revela que los
docentes presentan condiciones adecuadas solo “a veces” el 44,4% tienen posturas sentadas
incómodas, un 48,1% que mantiene posturas por largos rangos de tiempo, el 33,1% manifiestan
disponer de una iluminación inadecuada, el 38,3% temperaturas inadecuadas y un 31,3%
manifiestan la presencia de ruido; con un grado de exigencia ergonómica forzada del 32,79%.
Igual se puede observar, con los datos mostrados por la VII Encuesta del Instituto Nacional
de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) antes conocida como (INSHT). El personal docente
manifiesta en un 33,1 % muestra posturas dolorosas o fatigantes y un 39% movimientos repetitivos
de brazos y manos. En el mismo orden, los trabajadores afirman, en un 19% que se encuentran
poco o nada informados sobre riesgos laborales en una actividad que presenta un 48,4% de estar
expuesto a accidentes de trabajo.
En coherencia con lo anteriormente expuesto, Tamez-Hernández (2011) un programa
ergonómico permite mejorar las condiciones de trabajo para los empleados mediante un entorno