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.Cómo citar este artículo:
Celi, K., Morales, D. & Correa, E. (Enero – Diciembre 2022). Caracterización del pH en las principales fuentes hídricas con nes agrícolas del cantón Quinindé. Tierra Innita (8), 134-144. https://
doi.org/10.32645/26028131.1158
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CARACTERIZACIÓN DEL PH EN LAS
PRINCIPALES FUENTES HÍDRICAS CON
FINES AGRÍCOLAS DEL CANTÓN QUININDÉ
De manera general se observa que el promedio de pH se encuentra en un rango de 7,1 a
7,4, con valores diferentes en el río Canandé (6,64) y río Cube (7,77) para lo cual se analiza también
las implicaciones a nivel de suelo y a nivel de cultivo. En una investigación realizada por Sarabia
Meléndez et al. (2011) en un análisis de aguas se encontró que el valor promedio de pH es de 7,06,
el valor máximo 7,74 y el mínimo 6,54, valores que son muy cercanos a los encontrados en esta
investigación. Caso contrario ocurre en el estudio de Ramírez Castillo, A. J. (2021), en donde detalla
que el pH encontrado en el río Teatone, Esmeraldas fue de 8,15 ± 0,04 en el año 2019, siendo los
valores mínimos y máximos de 7,62 y 8,55 respectivamente.
El agua de riego con nes agrícolas o de producción agrícola va del rango de 6.0 hasta 9 de
pH (CONAGUA, 2013) por lo que los valores obtenidos por la totalidad de las muestras tomadas en
Quinindé dan indicios de que el agua de las fuentes de agua mencionadas anteriormente permite
ser utilizadas para la agricultura (6,64 – 7.77). Información que es contrastada por Sonneveld
(2003), quien maniesta que el pH del agua de riego debe estar en un rango de 5,5 a 7 favorecer la
absorción de los nutrientes. Para generar información más concreta es necesario analizar el agua
durante un año calendario diferenciando entre las épocas de invierno y verano. De igual manera se
deben agregar análisis de cloruros, nitratos, dureza, alcalinidad y prueba de elementos.
Para el agua con nes de fertirriego se requiere que la solución se encuentre en un rango
de 6 a 6.5 de pH, por lo tanto, el agua usada desde las fuentes hídricas de Quinindé se la puede
modicar agregando ácidos como el NH4 y en caso de que exista la necesidad de aumentar el pH
se incorpora NO3 según se requiera según lo expresa Ulloa, M. C. (2016). La calidad del agua de las
fuentes de donde se analizó el pH es muy buena si se la analiza desde esa perspectiva, pero como
ya se mencionó es necesario realizar otras mediciones. Es por esto por lo que, el presente estudio
debe ser tomado como preliminar para futuras investigaciones.
En cuanto a las implicaciones del uso de agua de riego en el suelo Sadeghian (2008) mantiene
que el incremento de la acidez se traduce en una disminución de la CIC, con implicaciones en la
fertilidad del suelo y la eciencia de la fertilización, pues habrá menor capacidad de retención
debido a que las aleaciones ocupan los sitios de intercambio, menos participación de las bases
intercambiables Ca2+, Mg2+ y K+ y mayor susceptibilidad de éstos para derrochar por lavado. Esto
es debido al efecto de lixiviación que implica el uso de fertiirrigación o de simple riego. La variación
de pH en el suelo se ve también inuenciada ya que a medida que disminuye la concentración de
iones hidrógeno aumenta el pH y viceversa. Esto quiere decir que, si el pH de un suelo es bajo,
tiene una alta concentración de H+ y si tiene un pH alto posee una baja concentración de iones
H+. La reacción del suelo sea acida o alcalina, es importante porque inuye en sus propiedades
químicas, físicas y microbiológicas.
Según Jara Facundo (2003) otra razón para la variabilidad del pH y especícamente detallando
la reducción del mismo, se da cuando las reacciones bioquímicas incrementan la concentración
de anhídrido carbónico en el agua que por lo general se da por la descomposición de restos
orgánicos, lo cual inuye en la reducción del oxígeno molecular y por ende inuye en el aumento
del proceso de descomposición anaeróbico y desemboca en aumento de la concentración de H2S
en el agua, dando como resultado una disminución mayor del pH.
Se puede inferir en base a otras investigaciones un determinado grupo de cultivos o posibles
nuevos cultivos en Quinindé usando como referencia el pH recomendado en fuentes hídricas con
nes agrícolas, pero utilizando recomendaciones como las de Alarcón & Menéndez (2015) en
donde maniesta no sembrar cacao en lugares con un pH aparentemente estable (7,20) que es un
valor muy cercano al obtenido en los ríos Quinindé y Chipo – Centro, pero si recomienda hacerlo
otros sectores con un pH parecido con una variación de ± 0,3 puntos. De esta manera se presenta