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EL BANCO DEL SUR DE PASTO Y LA
POLÉMICA ENTRE SAÑUDO Y RESTREPO
SOBRE LA CONVERTIBILIDAD DE LA
MONEDA
BANCO DEL SUR DE PASTO AND THE DISPUTE BETWEEN SAÑUDO
AND RESTREPO ON THE CONVERTIBILITY OF THE CURRENCY
Recibido: 31/10/2021 - Aceptado: 14/12/2021
JAIRO ARMANDO JURADO ESTRADA
Docente de cátedra del programa de Economía
de la Universidad de Nariño.
Pasto - Colombia
Doctorando en Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires
Maestrante en Ecología Política y Alternativas al Desarrollo, Universidad
Andina Simón Bolívar, Ecuador
jairoajurado@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-3958-5459
Cómo citar este artículo:
Jurado, J. (2021). El Banco del Sur de Pasto y la polémica entre Sañudo y
Restrepo sobre la convertibilidad de la moneda. Visión Empresarial
(11), 29-40. https://doi.org/10.32645/13906852.1060
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Resumen
Este artículo tiene como objetivo estudiar los factores que conllevaron a la fundación del Banco
del Sur de Pasto, en 1906, ubicado en el departamento de Nariño, Colombia, y analizar la polémica
desatada entre dos reconocidos intelectuales colombianos de inicios del siglo XX, José Rafael
Sañudo y Antonio José Restrepo, quienes debatieron en torno a la conveniencia de preservar el
patrón oro o de implementar el papel moneda sin respaldo en metales preciosos.
Palabras claves: Banco del Sur de Pasto, José Rafael Sañudo, Antonio José Restrepo, papel
moneda, patrón oro, convertibilidad de la moneda.
Abstract
This article aims to study the factors that led to the founding of Banco del Sur de Pasto, in 1906,
located in the department of Nariño, Colombia, and analyze the controversy that arose between
two renowned Colombian intellectuals at the beginning of the 20th century, José Rafael Sañudo
and Antonio José Restrepo, who debated the advisability of preserving the gold standard or
implementing paper money without backing in precious metals.
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Keywords: TAC, regulations, research, taxes on foreign trade, PEMA
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Introducción
A inicios del siglo XX, la ciudad de Pasto se encontraba desconectada del interior de Colombia y
no resultó beneciada del proceso de desarrollo capitalista derivado de la bonanza cafetera. Su
economía se caracterizó por la autarquía debido al escaso intercambio mercantil con el interior del
país y a la poca migración. Sin embargo, en la primera década del siglo XX el contexto regional propició
la formación de una elite que buscó el desarrollo y el progreso a través de una serie de medidas
como la creación de una entidad bancaria, denominada Banco del Sur, que sirviera de respaldo para
la nanciación de un proceso modernizante para esta región del sur de Colombia. El Banco del Sur
se conformó en 1907 con el propósito de recibir y prestar dinero a interés, emitir billetes, cheques,
libranzas y cédulas al portador, entre otras funciones, conforme con las leyes del país.
Para la época tiene como de la fundación del Banco del Sur, en Colombia se genera un
importante debate entre los partidarios del papel moneda sin respaldo y quienes defendían el
respaldo monetario con metales preciosos. Esta polémica también se desata en Nariño a raíz
de la publicación, en 1916, del folleto La cuestión de la moneda en Colombia y especialmente en el
departamento de Nariño, en el que el intelectual colombiano Antonio José Restrepo toma posición
a favor de la emisión de papel moneda sin respaldo en metales preciosos, y la consiguiente réplica
realizada por el intelectual nariñense José Rafael Sañudo quien polemiza con éste argumentando
a favor de la convertibilidad de la moneda en un metal como el oro o la plata, en el escrito Breves
consideraciones sobre un folleto del doctor Antonio José Restrepo.
Este artículo tiene la intensión, en primer lugar, de hacer una breve contextualización
de los aspectos económicos nacionales y regionales que permitieron la constitución del Banco
del Sur, describiendo su proceso de conformación como entidad nanciera de carácter regional
y, en segundo lugar, de estudiar el debate que en materia de política monetaria, en torno a la
convertibilidad del papel moneda, se generó entre Antonio José Restrepo y José Rafael Sañudo. El
interés que reviste este tema se relaciona con desentrañar un aspecto relevante para la historia
económica del departamento de Nariño, que aún no cuenta con sucientes análisis salvo con el
trabajo realizado por la historiadora Elisa Velásquez Salazar en el año 2002.
Materiales y métodos
El artículo se elaboró a partir de un proceso de investigación de carácter descriptivo y analítico que
indagó en las particularidades del contexto económico y social que rodea la creación del Banco del Sur,
y en los documentos relativos al debate sostenido entre Antonio José Restrepo y José Rafael Sañudo
sobre la conveniencia de preservar el patrón oro o de implementar el papel moneda sin respaldo en
metales preciosos. Se utilizaron las obras, folletos, archivos y actas publicadas en la época y se acudió
también a materiales bibliográcos más recientes para acercarse al estudio y comprensión del tema.
Resultados y discusión
1. Aspectos económicos de carácter nacional y regional que permitieron la
constitución del Banco del Sur
Entre las causas que conllevaron a la constitución del Banco de Sur se destacan un conjunto de
aspectos económicos de carácter nacional y regional que están circunscritos tanto al proceso de
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modernización capitalista en Colombia, que comprende aproximadamente el período 1886 – 1922,
como a la fundación del departamento de Nariño hacía el año 1930.
Durante el periodo 1886 – 1922 la producción cafetera para la exportación le imprime un
signicativo dinamismo a la economía nacional, convirtiendo a éste renglón en el motor fundamental
para el desarrollo del país. El café generó nuevas expectativas económicas como la formación
de un mercado monetizado que permitió la acumulación de capital en manos de empresarios
nacionales. La necesidad de comercialización del grano condujo a la implementación de una red
ferroviaria que favoreció la expansión cafetera y el comienzo de un desarrollo industrial, al mismo
tiempo las ciudades se constituyeron en centros de mercadeo que atrajeron importantes masas
de población seducidas por la creciente oferta laboral.
Las condiciones creadas por la economía cafetera contribuyeron al proceso de
industrialización implementado por los nacientes empresarios, quienes gracias a la bonaza
lograron acumular una importante cantidad de capital. La naciente industria también contaba con
la ventaja de un mercado urbano de fuerza de trabajo formado gracias a los procesos migratorios
del campo a la ciudad. Por su parte, el estado también desempeñó un papel importante mediante
la inyección de inversión pública, los aranceles aduaneros y el manejo monetario.
Sin embargo, las condiciones descritas anteriormente condujeron a Colombia a un alto nivel
de dependencia de las exportaciones y de las uctuaciones del mercado externo. De tal manera
que “los periodos de bonanza y de crisis de la exportación del grano a través del mecanismo de
las importaciones y derechos de aduana, se reejaron en el comportamiento de las nanzas del
estado y naturalmente en la marcha de la economía nacional” (Tovar, 1984, p. 14). Al punto que
la crisis económica de 1876, generada por el descenso de las exportaciones, ocasionó un décit
en la balanza comercial que debió ser cubierto con dinero metálico. Al respecto el historiador
colombiano Bernardo Tovar (1984) maniesta:
La auencia del dinero hacia el exterior para pagar el exceso de importaciones traía como efecto
una reducción del medio circulante interno, creando una escasez de dinero que provocaba una
tendencia alcista en la tasa de interés. La escasez de dinero que imponía altas tasas de interés, si bien
favorecía a los prestamistas y usureros y al sector bancario, creaba, en cambio, traumatismos para el
ujo comercial y la producción del país (pág. 25).
A la crisis del sector exportador y monetario se sumaba la crisis scal del Estado,
expresada en el décit ocasionado por un incremento notable en los gastos, mientras los ingresos
permanecían estancados. Este oscuro panorama conduce a que Rafael Núñez, durante su primer
gobierno (1880 – 1882), implemente una serie de políticas para contener la crisis monetaria y scal.
Entre ellas, estableció medidas proteccionistas, implementó estímulos para la industria, impulsó
las obras públicas y creó el Banco Nacional en 1880 con la exclusividad para emitir dinero. En
consecuencia:
El presidente Rafael Núñez en su primer mandato, abrumado muy posiblemente por la cuestión
monetaria que tanto aigía a la nación, se propuso cristalizar una idea que se había expuesto Durante
el Congreso de Cúcuta en 1821, fundando el Banco Nacional como banco central de emisión. La
concepción que en esta época se tenía entre nosotros de esta entidad era todavía muy limitada
cuando todo parecía girar casi entorno de la emisión de billetes, sin consideración de las demás
funciones como banco de redescuento o guardián de reservas bancarias (Gómez, 1983, pág. 3)
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Sólo hasta 1885, cuando inicia la guerra civil y la escasez de dinero es más grande, Núñez
apela a la decisión trascendental de emitir papel moneda de curso forzoso. Decisión que implica,
junto con la Constitución de 1886, la conguración de un estado central fuerte. La decisión de Núñez
causó gran controversia entre los empresarios y banqueros de la época porque hasta entonces
esos tenían la facultad de emitir dinero según su criterio, conservando una autonomía económica
que ahora se veía directamente amenazada. Los empresarios y banqueros impregnados por la
doctrina del laissez faire buscaban ante todo que la iniciativa privada gozara de eterna libertad,
para el desarrollo de sus negocios sin la mediación del estado inclusive en cuestiones de política
monetaria. La decisión de emitir dinero trajo consigo una transformación total en el sistema
monetario por cuanto:
Antes de la implantación de dicho régimen, la base del sistema eran el oro y la plata. El numerario
metálico estaba monopolizado por los comerciantes, los prestamistas y los banqueros, circunstancia
que les otorgaba el control sobre la liquidez y el crédito; en esta forma, tanto las actividades que
requerían de crédito como el gobierno dependían de ellos. Los bancos contaban además con la
libertad de emisión quieran los agentes scales del gobierno. Este sistema favorecía por lo tanto a
quienes controlaban el numerario metálico (Tovar, 1984, pág. 29).
Años más adelante, con el gobierno de Rafael Reyes -personaje que se caracterizó ante
todo por ser un presidente pragmático y un hombre de negocios que se relacionaba esencialmente
con la élite de banqueros comerciantes y terratenientes más importantes del país, antes que con
políticos tradicionales- la estrecha relación con comerciantes y terratenientes marca la orientación
especíca frente al accionar del estado. Los nuevos grupos sociales conformados por industriales,
terratenientes modernizantes y banqueros de nuevo cuño, intentaron poner bajo la dirección del
estado celosamente dirigido y controlado por Reyes, una propuesta de modernización capitalista
en el marco de una sociedad materialmente atrasada (Vélez, s. f., p. 190)
La élite de hacendados y comerciantes de Nariño no fue ajena a los intereses de Rafael
Reyes, quienes además de compartir negocios mantenían relaciones personales que más adelante
inuirían para la creación del Banco del Sur. El presidente Reyes expresa así su relación con algunos
de estos personajes:
Las personas más importantes que traté en Pasto fueron el obispo Canuto Restrepo de Antioquía,
hombre de gran talento y erudición pero de carácter tan difícil que la Santa Sede no obligó a
que renunciara al obispado; don Juan Bautista Astorquiza, don Sixto Guerrero, Modesto y Ángel
Zarama, Rafael, Joaquín y Ángel Guerrero, José María y Medardo Bucheli, quien hacia el comercio de
mercaderías de Popayán a Pasto y conocía la calidad y el color de la tela por el tacto. Rafael Mera,
Delfín Martínez y Julián Rojas. Años después mi madre y mi hermana María se trasladaron a esta
hospitalaria ciudad en donde fueron muy queridas (Reyes, 1986, pág. 209).
Álvarez (2004) se reere de la siguiente manera a las relaciones de los socios fundadores
del Banco del Sur con el presidente Reyes:
Los socios fundadores del Banco del Sur tenían cercanos vínculos de familia y relaciones de amistad
que se extendían el propio presidente Reyes. Tal es el caso de Bernardo de la Espriella quien había
salido de Cartagena, con su hermano Gerardo, rumbo al sur del país, con el n de participar en
la exploración y explotación de la quina o cascarilla, empresa proyectada y llevada a cabo por los
hermanos Néstor, Enrique y Rafael Reyes (pág. 338)
El Banco del Sur fue la primera entidad bancaria que funcionó en la ciudad de Pasto.
Inició su actividad nanciera en febrero de 1907. Su fundación fue motivada por el proyecto
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político y administrativo de Rafael Reyes que fue acogido en gran medida por la élite fundadora del
departamento de Nariño en cabeza de Julián Bucheli, pues este personaje:
empieza a transgredir como persona y como colectivo los cánones en las relaciones sociales e
institucionales para introducir las transformaciones modernizadoras, que permitían darle vida a las
ideas que se venían incubando dos décadas atrás. Como lema de su administración propuso “paz,
trabajo y moralidad”, que reejaba la intención de conciliar los espíritus mediante el trabajo y las
sanas costumbres, y adoptó en un todo las políticas propuestas por el General Reyes, resumidas en
el lema de hacer “menos política y más administración (Álvarez, 2004, p. 334).
A comienzo del siglo XX, Nariño era una región que adelantaba sus posibilidades de progreso
en la explotación minera y la explotación de productos como la tagua, el oro, el caucho, el cacao,
los sombreros, los cueros de res y las maderas. El anhelo de la élite fundadora del departamento
consistía en implementar un proyecto de región que encontraría en las ideas modernizadoras su
principal inspiración. La modernización debería contar con la implementación de medidas que
viabilizarán este proceso, entre las cuales se encontraban: la construcción de un camino de ruedas
que conectaría a Tumaco con el centro del departamento, un ferrocarril para cubrir la ruta Pasto-
Tumaco y el impulso a la industrialización. Para la nanciación de estos propósitos se contaría con
el apoyo de una entidad nanciera denominada Banco del Sur que sería la encargada de:
recibir y prestar dinero a interés; emitir billetes, cheques, libranzas, cédulas al portador, bien sean a
plazos o a la vista conforme con las leyes del país; comprar y vender giros sobre plazas colombianas y
extranjeras; hacer remesa sobre las mismas, de fondos propios o ajenos; comprar metales preciosos,
descontar letras, pagarés u otros documentos de créditos transmisibles conforme a las leyes; abrir y
llevar cuentas corrientes, tanto para cobros y pagos que se encarguen, como por créditos otantes
que tenga en sus operaciones; anticipar dinero, anticipado con prendas, nanzas o hipotecas; recibir
el depósito y custodia de: oro, plata, joyas y títulos valor, agencias, comisiones o cualesquiera otras
operaciones compatibles con la naturaleza del establecimiento; los demás negocios que puedan
dejar lucro, a juicio de la Junta Administrativa y que sean permitidos por las leyes (Banco del Sur,
1916)
Entre los socios fundadores del Banco del Sur se encontraban algunos personajes que
jugaron un papel importante en la creación del departamento de Nariño. Se trataba de empresarios,
mineros y comerciantes de reconocido prestigio y solvencia económica que para la época habían
logrado una considerable acumulación de capital. Según extracto de escritura No. 444 del 12 de
noviembre de 1906, por la cual se crea el Banco del Sur, los socios fundadores fueron:
Bernardo de la Espriella, comerciante, mayor de edad y vecino de Pasto, por sí y apoderado del
Doctor Rosendo A. Benavides, abogado y vecino se Samaniego; Julián Bucheli, hacendado, mayor de
edad y del mismo vecindario de Pasto; Epaminondas Navarrete, abogado, mayor de edad y vecino
de Cali; Delfín Martínez, mayor de edad, comerciante y vecino de Pasto; Salomón Hurtado, mayor de
edad comerciante y vecino de Pasto; José María Bucheli, médico, mayor de dad y vecino de Pasto, por
sí y como apoderado del señor Medardo Bucheli, mayor de edad, hacendado y vecino de Samaniego;
Rubén Montezuma, comerciante, mayor de edad y vecino de Pasto; Leónidas Delgado, comerciante,
mayor de edad y vecino de Pasto; y Ángel Martínez Segura, abogado, mayor de edad y vecino de
Pasto (Cámara de Comercio de Pasto, s. f.)
Mediante circular del 15 de enero de 1906, los socios dan a conocer a la comunidad
nariñense la fundación del Banco del Sur, invitando a los interesados a adquirir acciones. La
fundación del Banco del Sur fue posible gracias a un contrato celebrado con el Banco Central que
permitió la emisión de billetes. Su capital fue de 500 pesos plata, el cual estaría dividido en 500
acciones nominales de a 1000 pesos cada una. En sus libros de contabilidad se registran cuentas
ociales de la administración departamental, de hacienda nacional, administradores de rentas de
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licores, renta reorganizadas, administración general del tesoro, cajero departamental de Pasto,
tesorero del parque Nariño, Compañía Ferrocarril del Pacíco, Compañía Ferrocarril del Cauca y la
Compañía minera de Nariño.
Según Velásquez (2002), el Banco del Sur ayudó en buena medida a la organización,
desarrollo y crecimiento de la economía del departamento de Nariño. En primer lugar represento
bienestar económico para el conglomerado de Pasto, Ipiales, Tumaco y Barbacoas, al facilitar y
unicar las transacciones comerciales y los diversos negocios que se ejecutaron a nivel interregional.
Sus agentes en Popayán, Quito y Bogotá facilitaron las transacciones de importación y exportación
de productos regionales. Las operaciones comerciales del banco también cubrieran el territorio
panameño (Velásquez, 2002, p. 32).
La situación generada por la misión Kemmerer y la consiguiente fundación del Banco de la
República en 1923, así como la decisión por parte de los socios de no aceptar la nueva legislación
bancaria, llevaron a la liquidación de la entidad el 18 de junio de 1924.
2. El debate entre José Rafael Sañudo y José Manuel Restrepo en torno
a la convertibilidad de la moneda en el departamento de Nariño
Para la época de la fundación del Banco del Sur, en Colombia existe una importante polémica
entre los partidarios del papel moneda sin respaldo y quienes defendían el respaldo monetario
con metales preciosos. Esta polémica se desata en Nariño a raíz de un folleto escrito por Antonio
José Restrepo donde se hace alusión al Banco del Sur y a la moneda circulante en el departamento
de Nariño.
El folleto de Restrepo, titulado La cuestión de la moneda en Colombia y especialmente en
Nariño, fue escrito en 1916 y se reere a la discusión existente en la época sobre la acuñación de
plata. La discusión es originada por la liquidación en 1909 del Banco Central, como instituto emisor
y la creación, mediante la ley 69, de una junta de conversión.
Hasta la creación del Banco de la República en 1923, Colombia fue escenario de intensos
debates parlamentarios que buscaban darle salida a la crisis desatada por el desorden monetario.
Entre las iniciativas de solución que se propusieron se contemplaba el sistema de la pluralidad
bancaria que consistía en permitir, a todos los bancos que llenen ciertos requisitos, la emisión
de billetes cambiables a su presentación, y el sistema de la unidad que concede ese derecho a
un banco único (Gómez, 1983, p. 43). Cabe destacar que la mayoría parlamentaria optaba por
la iniciativa del sistema de la pluralidad bancaria, justicada en la experiencia del país antes del
advenimiento del papel moneda inconvertible.
El origen de dicha situación se remonta a la época de la colonia cuando se implementa la
utilización de la plata como patrón monetario, aunque el oro seguía siendo de mayor aceptación
y guraba al lado de ésta para las transacciones comerciales. Sin embargo, el oro se constituye en
dinero complementario en un sistema de carácter bimetalista. Esta situación se mantuvo presente
con diferentes contrastes hasta la creación del banco de la República en 1923.
En el caso del departamento de Nariño, antes y durante el funcionamiento del Banco del Sur,
existían diversas clases de moneda. Unas de acuñación nacional, otras extranjeras desmonetizadas
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y el billete del banco del Sur. Situación que motiva a Antonio José Restrepo, defensor acérrimo del
papel moneda inconvertible, a escribir su folleto.
Respeto fue uno de los pensadores más importantes de la mitad del siglo XX en Columbia,
nació en Fredonia, Antioquía, en 1855. No es economista de formación, sino propiamente un
intelectual polifacético dedicado a la literatura y a la política. El campo de la economía solo lo ocupo
en su tiempo libre. Al respecto Molina maniesta:
Un día Restrepo, fatigado por tantas bregas y faenas, buscó un refugio bajo cuyo alero pudiera
descansa, y lo halló en el estudio de la Economía Política. Para que la tranquilidad fuera mayor,
recurrió a las fuentes clásicas, y por eso los principios que divulgó fueron extraídos de los padres
fundadores de esa disciplina (Molina, citado por Sabogal, 1995, p. 178)
Entre los trabajos más destacados de Restrepo se encuentran: Los capuchinos de Caroni
(1887), Elegía en la muerte del doctor José Vicente Uribe Restrepo (1890), Manuel Ancizar (1890),
Fuego graneado (1903), La cuestión de la moneda en Colombia y especialmente en el departamento
de Nariño (1916), Moneda, oro, plata y billete (1917), El moderno imperialismo, proteccionismo y libre
cambio (1919), Contra el cáncer de la usura (1923) Cancionero de Antioquia (1929), Prosas medulares
(1929), Sombras chinescas (1947) Ají pique (1954). En El moderno imperialismo puede encontrarse
resumida la obra teórica de Restrepo en el campo de la economía. “No se trata, como sería de esperar
para la época en que lo escribe, de una obra relacionada con los trabajos de Lenin sino de una defensa,
por lo demás, anacrónica en los años veinte, del libre cambio smithiano” (Sabogal, 1995, pág. 179).
Restrepo (1916) describe de la siguiente manera la situación monetaria existente en
Colombia y particularmente en Nariño.:
Colombia es un país sin moneda, ni más ni menos como dijo otro a su tiempo que era un país
sin límites. Y si residiendo en la capital de la República pensábamos aquello, al llegar al límite del
departamento de Nariño -en el Mayo famoso- y haber tenido que proceder a proveernos de la
morralla abigarrada, sucia, inclasicable, que aquí sirve de moneda, y relegar al olvido nuestros
billetes nacionales y nuestras libras esterlinas y nuestra plata na, sellada en Birmingham, de 0,900,
y equivalente al oro de mejor ley y valor en el comercio; si tal pensábamos en Bogotá, ¿qué no
habremos pensado en esta rica región de Pasto, donde no hay moneda nacional absolutamente,
y corre por las manos de todos un instrumento de cambio compuesto de todas las monedas de
plata imaginables, revueltas con algunas colombianas, desmonetizadas hace tiempo, peladas, roídas,
raídas, mermadas e invericables (pág. 3)
Si bien para la época en Nariño existían varias monedas, además de los billetes emitidos
por el Banco del Sur, los planteamientos de Restrepo no fueron bien recibidos por Sañudo quien
lo controvierte de la siguiente manera, en su escrito Breves consideraciones sobre un folleto del doctor
Antonio José Restrepo:
El reputado doctor Antonio José Restrepo dio a la publicidad un folleto que intituló La cuestión de la
moneda en Colombia y especialmente en Nariño, indicando que podría servir como defensa de la ley
que presentó el gobierno sobre acuñación de plata. Da a entender en varios pasajes del folleto que
algunas de sus ideas son también las corrientes en este departamento de Nariño… y que siendo este
departamento mal conocido y peor mal juzgado en el resto de la República, allí se formarán ideas
muy distintas de la opinión Nariñense, con lo que, en cuestión tan grave como la monetaria se le
podrán hacer daños inmensos; con temor natural de mi insuciencia y a pasar de disentir del parecer
de tan claro y peregrino ingenio, como el del doctor Restrepo, voy a hacer algunas observaciones a su
folleto, después de rendirle pleito homenaje, porque se vea que la opinión de Nariño no es unánime
con la suya y por tirar a que se eviten los daños que puede acarrearnos su folleto, si el Congreso
juzga que, al legislar como pide, se hará una merced muy señalada al querer de los nariñenses
(Sañudo, 1916, pág. 3).
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De esta manera Sañudo da inicia a la polémica con Restrepo, la cual se centra en dos
aspectos fundamentales. El primero concerniente a la naturaleza y función de la moneda y el
segundo sobre la convertibilidad de la misma. En rasgos generales, la idea que sobre la moneda
tiene Restrepo puede resumirse, según sus propias palabras, de la siguiente manera:
lo que debe preocuparnos en tratándose de moneda, no es la calidad de ella, o su sustancia de
qué este compuesta, sino su cantidad apenas indispensable para satisfacer las necesidades de la
circulación en un país determinado y según la densidad de su población, rapidez y baratura de sus
comunicaciones, el adelanto de sus industrias y en suma el volumen de sus negocios, de sus cambios
y transacciones (Restrepo, 1916, p. 5)
Esta denición corresponde con el pensamiento monetarista y en espacial con el de Henry
George, economista estadounidense, autor del libro Progreso y miseria, publicado en 1879, quien
consideraba que la causa principal de la desigualdad y los problemas económicos derivaba de la
apropiación privada de las tierras y proponía como solución un impuesto único sobre la tierra. No
obstante, Henry George es refutado por Sañudo (1916) quien considera que:
a la denición georgista de moneda le falta un elemento cardinal; conviene señalar a saber, que
la moneda, a la vez, sea mercancía, porque entonces encuentra en sí misma su anza; o, en otros
términos, si la moneda es mercancía , hallase su crédito o garantía en sus propios elementos, de
un modo esotérico y no extrínseca, derivado de la conanza (ducia) que se entrega en el gobierno
emisor de papel moneda (pág. 22).
Para Sañudo la moneda es una mercancía cuya aptitud consiste en medir valores que
además de ser un instrumento de cambio tiene la posibilidad de conservar su poder adquisitivo,
pero este atributo solo estaría garantizado si la mercancía-dinero es un metal precioso. Veamos:
Creo, pues, que puede denirse la moneda diciendo que es una mercancía con la mayor aptitud para
medir valores o el cambio de otras, lo que convierte en un todo con la denición clásica que repugna
al doctor Restrepo. Ésta si no depende del crédito del gobierno, ni se su buena o mala fe, ni de su
estabilidad o revoluciones, sino del alza o baja de los metales que se compone, según las oscilaciones
del mercado… Es verdad que como toda mercancía, uctúa en su valor, más nunca le pierde por entero,
como sucede con el papel moneda, que, desmonetizado, no sirve para nada (Sañudo, 1916, pág. 23).
La polémica entre Sañudo y Restrepo retomaba una importante discusión que, en las
últimas décadas del siglo XIX, se había dado entre Miguel Antonio Caro y Miguel Samper. El primero,
desde el lado del gobierno, hacía esfuerzos por hacer entender la bondad del papel moneda y el
segundo, desde la oposición, argumentaba que los vendedores tenían derecho a recibir el oro y no
ser engañados con simples papeles sin valor alguno (Sabogal, 1995, pág. 70).
Hay que mencionar que los billetes de papel monedan solo valen según su acuñación,
tienen por tanto un valor nominal, mientras que el dinero (oro o plata) cuenta con un valor real,
dado por el trabajo que se invierte en su producción. Así, entonces, dentro de las concepciones
que representan Restrepo y Sañudo sobre la función de la moneda, la visión de Sañudo se
acerca mejor a lo que puede considerarse como la verdadera denición de la moneda. La cual es,
según Consuegra (2000) “todo pedazo de metal o papel con formas determinadas o indicaciones
particulares que sirve para la circulación, el cambio, el pago, la acumulación o para poder dar poder
económico y domino económico” (p. 67).
Durante el desarrollo del proceso económico de la humanidad, el correr del tiempo
comprueba que el dinero-oro no necesariamente esta presente en los actos de compra-venta de
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Cómo citar este artículo:
Jurado, J. (2021). El Banco del Sur de Pasto y la polémica entre Sañudo y Restrepo sobre la convertibilidad de la moneda. Visión Empresarial (11), 29-40. https://doi.org/10.32645/13906852.1060
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mercancías. Este fenómeno se presenta principalmente por el desgaste que de mano en mano
sufre la moneda-oro, esto hace necesario la implementación de aleaciones metálicas de menor
valor, que desplazan al oro como medio de circulación y de pago por representaciones sin valor
propio como es el caso del papel moneda sin respaldo.
Sañudo esta en lo cierto al defender la convertibilidad de la moneda pues los billetes de
papel moneda sin respaldo que propone Restrepo, solo tienen un valor nominal, a diferencia del
dinero-oro que, además del valor nominal, cuenta con un valor real dado por el trabajo invertido
en su producción. En el papel que asume la moneda en las relaciones de cambio debe tenerse en
cuanta que el dinero, o las diferentes formas de moneda que lo simbolizan, no transforman a las
mercancías en valores conmensurables. Al respecto Marx (1975) maniesta:
Las mercancías no se vuelven conmensurables por obra del dinero. A la inversa. Por ser todas las
mercancías, en cuanto valores, trabajo humano objetivado, y por tanto conmensurables entre sí y
para sí, pueden medir colectivamente sus valores en la misma mercancía especíca y esta convertir
en su medida colectiva de valor, esto es, en dinero (pág. 115)
La denición de Restrepo sobre la moneda se encuentra enmarcada dentro del ámbito
de la teoría monetarista, para la cual el valor del dinero depende única y exclusivamente de su
cantidad. Un autor como Bernham (1952), por ejemplo, argumenta “que en su forma más estricta
esta teoría arma que un aumento o una disminución dada en la cantidad de dinero conduce a un
alza o baja proporcional en el nivel general de los precios” (p. 369).
Por otra parte, al referirse al caso especico del departamento de Nariño, Restrepo (1916)
maniesta que:
Hay un error muy extendido en nuestro publico nacional (exceptuando este industrioso y experto
departamento de Nariño), consiste en creer que la moneda de un país cualquiera -la cantidad de
esa moneda, sobre todo- es el exponente el de su riqueza, fuerza, poderío y cultura. No hay tal. La
moneda es siempre y donde quiera parte mínima de la riqueza publica y privada, y aún puede ser
parte ninguna de esa riqueza allí donde toda la moneda sea duciaria o de crédito y carezca por
consiguiente de valor de producción, o no sea mercancía en el vocabulario de los clásicos. Sírvanos
de ejemplo corroborante este departamento cuya riqueza agraria, pecuaria, manufacturera, minera,
urbana y mobiliaria no le va en la zaga a muchos otros departamentos colombianos que se creen
mejor dotados, y que, al creársele ahora, unos doce años se encontró sin más moneda que unos
pesos de una vieja fabricación nacional. Para subvertir a esa escasez miseranda de numerario, que
entorpecía hasta la obstrucción el progreso de tan importante sección de la República, idearon sus
hombres prominentes -entre otros el ilustre don Julián Bucheli, verdadero creador y organizador de
la nueva entidad- la erección de un banco de emisión, depósito, giro y descuento que popularizara
e hiciera codiciable por el desconado la moneda de crédito, el billete, y permitiera el ensanche de
la vida comercial, industrial y agrícola de la región económica que hoy circuyen todavía el Mayo y el
Carchi, si bien (nos permiten hacerlo notar) los billetes de ese Banco fueron aceptados y tuvieron
legítimo inujo en su ocio de preferida moneda, más allá de Tulcán, Ibarra, etc., y ya llegaban a Quito
cuando cayó la cegadora vendada, es decir, la mano de los oristas de Bogotá, y dio al traste con la
feliz institución civilizadora y detenedora de Nariño (pág. 13)
El anterior planteamiento de Restrepo hace suponer que la opinión generalizada en Nariño
es que de la aceptación total del papel moneda; sin embargo, se puede apreciar en las anteriores
citas de Sañudo una reticencia al papel moneda sin respaldo por los daños que pueden acarrear
sus planteamientos, si estos son tomados en cuenta en el Congreso Nacional como el querer de
los nariñenses.
EL BANCO DEL SUR DE
PASTO Y LA POLÉMICA
ENTRE SAÑUDO Y
RESTREPO SOBRE LA
CONVERTIBILIDAD DE LA
MONEDA
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Cómo citar este artículo:
Jurado, J. (2021). El Banco del Sur de Pasto y la polémica entre Sañudo y Restrepo sobre la convertibilidad de la moneda. Visión Empresarial (11), 29-40. https://doi.org/10.32645/13906852.1060
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Conclusiones
A principios del siglo XX Pasto no contaba con ninguna entidad crediticia que se encargara del
ordenamiento o racionalización de las operaciones nancieras. Por esta razón, una élite de
comerciantes, hacendados y propietarios de minas, vinculados estrechamente a la política nacional
y al gobierno de Rafael Reyes, preocupados por organizar ecazmente la economía departamental,
fundó por iniciativa propia una entidad crediticia denominada Banco del Sur. Esta entidad se
encargó de modernizar y racionalizar las transacciones comerciales y disminuir la tasa de interés,
por cuanto el anhelo de la élite fundadora del departamento consistía en logar la nanciación de
su proyecto modernizador.
En el departamento de Nariño, antes y durante el funcionamiento del Banco del Sur, existían
diversas clases de moneda. Unas de acuñación nacional, otras extranjeras desmonetizadas y el billete
del banco del Sur. Esta situación motiva a Antonio José Restrepo, defensor acérrimo del papel moneda
inconvertible, a escribir en 1919 el folleto La cuestión de la moneda en Colombia y especialmente en el
departamento de Nariño, donde toma posición a favor de la emisión de papel moneda sin respaldo
en metales preciosos. El intelectual nariñense José Rafael Sañudo quien polemiza con Restrepo
argumentando a favor de la convertibilidad de la moneda en un metal como el oro o la plata, lo hace
en el escrito Breves consideraciones sobre un folleto del doctor Antonio José Restrepo.
La visión que sobre el dinero tiene Restrepo corresponde con el pensamiento monetarista,
particularmente con el de Henry George. Sañudo refuta la perspectiva de Henry George por cuanto
considera que su denición de moneda carece de un elemento cardinal: que la moneda es una
mercancía cuya aptitud consiste en medir valores que además de ser un instrumento de cambio
tiene la posibilidad de conservar su poder adquisitivo, pero este atributo solo estaría garantizado
si la mercancía-dinero es un metal precioso.
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