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LA ESTRATEGIA CONDUCTUAL EN
LOS TIEMPOS DEL COVID-19
BEHAVIORAL STRATEGY IN THE TIME OF COVID-19
Recibido: 06/11/2021 - Aceptado: 20/12/2021
JUAN MIGUEL GIRALDO OSPINA
Docente. Escuela de Administración EAFIT
Medellín - Colombia
Candidato a Doctor en Administración Estratégica de Empresas Ponticia
Universidad Católica del Perú
jgiral23@eat.edu.co
https://orcid.org/0000-0003-4003-2114
Cómo citar este artículo:
Giraldo, O. (2021). La Estrategia Conductual en los Tiempos del COVID-19. Visión
Empresarial (11), 57-66. https://doi.org/10.32645/13906852.1069
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Resumen
El propósito del presente artículo es contextualizar al lector sobre la importancia de la estrategia
conductual como campo emergente de la investigación en gestión empresarial, particularmente
desde la denominada escuela reduccionista, que se orienta hacia el estudio de procesos de
cognición individual soportada en conceptos como racionalidad limitada, la teoría prospectiva, las
heurísticas y sesgos cognitivos, y el proceso dual de cognición; para de esta forma comprender
el proceso de toma de decisiones que puede presentarse por diferentes actores en la empresa,
no solo en situaciones de incertidumbre como las que se han vivido a raíz de la pandemia por
COVID-19, sino en situaciones generales que implican la toma de decisiones que afectan diferentes
aspectos del amplio espectro de la gestión empresarial.
Palabras claves: Estrategia Conductual, Racionalidad Limitada, Teoría Prospectiva, Heurísticas y
Sesgos Cognitivos, Proceso Dual de Cognición
Abstract
The purpose of this article is to contextualize the reader on the importance of behavioral strategy as
an emerging eld of research in business management, particularly from the so-called reductionist
perspective, which is oriented towards the study of individual cognition processes supported by
concepts such as bounded rationality, prospect theory, heuristics and cognitive biases, and the dual
process of cognition, in order to understand the decision making process that can be presented by
dierent actors in the organization, not only in situations of uncertainty such as those experienced
as a result of the COVID-19 pandemic, but also in general situations involving decision making that
aect dierent aspects of the broad spectrum of business management.
Keywords: Behavioral Strategy, Bounded Rationality, Prospective Theory, Heuristics and Cognitive
Biases, Dual Process of Cognition
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Introducción
A raíz del comentario editorial expresado por Foss (2020) en la edición de noviembre de 2020
en Journal of Management, sobre cómo la estrategia empresarial puede ayudar a dar sentido
la irrupción del COVID-19, a través de un concepto emergente en la investigación empírica en
estrategia, denominado estrategia conductual, el presente artículo pretende reexionar sobre
este aspecto con el propósito de aclarar un concepto prometedor, que cada vez tiene un mayor
impacto en la literatura sobre administración de empresa y busca tener un lugar destacado en la
gestión, así como lo ha tenido su contraparte, la economía conductual en el campo económico.
Aunque desde hace varias décadas se han realizado esfuerzos por aplicar la sicología en
el campo de la administración, para tener una mejor compresión de los diferentes fenómenos que
se pueden presentar en el amplio mundo de la empresa y la gestión, debido a la premisa de que
los seres humanos presentan un gran número de sesgos cognitivos, que, en algunas ocasiones,
los llevan a tomar decisiones equivocadas en diferentes momentos y situaciones. Con los nuevos
desarrollos en neurociencia que han llevado a una mejor comprensión de la actividad cerebral
para la toma de decisiones, se ha vendido acentuando la necesidad de aplicar estos hallazgos en
la gestión estratégica para una mejor comprensión de la interacción humana en el campo de la
gestión empresarial.
Desarrollo
En su comentario editorial Foss (2020) armó que la estrategia conductual, es el enfoque de
investigación estratégica que más puede ayudar a brindar una comprensión a la toma de decisiones
en situaciones extremas como la que se presenta en medio de la pandemia por COVID-19. De
acuerdo al autor, ningún otro marco que se presenta en literatura para abordar la estrategia, se
enfoca en la comprensión de los cambios radicales e imprevistos que se presentan en el entorno,
y que afectan a todas las empresas ya a la economía en general
El signicado más ampliamente aceptado del concepto de estrategia conductual, fue
propuesto por Powell Lovallo y Fox (2011), quienes denen la estrategia conductual como la
aplicación de la sicología cognitiva y social, a la teoría y a la práctica de la gestión estratégica, con
el objetivo de fortalecer la investigación empírica y la utilidad práctica de la teoría de la estrategia,
fundamentando la gestión estratégica en supuestos realistas sobre la cognición humana, las
emociones y la interacción social. De acuerdo con Anwar, Bibi y Ahmad (2021), la estrategia
conductual tiene una aplicación en cuatro áreas de investigación como los son la estrategia
de comportamiento, la teoría del comportamiento de la empresa, el liderazgo estratégico y las
capacidades dinámicas, y la cognición estratégica y la toma de decisiones.
Sin embargo, se presentan antecedentes en la literatura académica que ya mostraban el
interés en relacionar los diferentes campos de la psicología con la gestión estratégica con el n
de tener una mejor comprensión de la toma de decisiones. En este sentido, Anwar, et al., (2021)
identicaron tres periodos diferentes relacionados con la evolución del concepto de estrategia
conductual. De acuerdo a los autores, se presentó una primera etapa antes de 1999, una etapa
de crecimiento constante entre 1999 y 2011, y una etapa de despegue y consolidación a partir de
2011. Frente a esto, Sibony, Lovallo y Powell (2017) armaron que este último periodo es el que ha
mostrado un mayor crecimiento del concepto en la literatura de gestión.
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No obstante, a pesar del creciente aumento en la literatura, y el interés que ha suscitado en
la práctica, el concepto aún puede parecer un poco ambiguo y podría beneciarse, tanto de la amplia
investigación en el campo de la psicología, como de los diferentes avances que se ha presentado en
el campo de la neurociencia. Una de las razones de su ambigüedad, podría atribuirse a que ha sido
estudiado y aplicado desde diferentes ámbitos, lo que ha provocado que no se tenga una claridad
frente al concepto. Powell et al., (2011) enmarcaron las diferentes aproximaciones al concepto de
estrategia conductual en tres escuelas de pensamiento, las cuales se complementan. De acuerdo
a los autores, la primera escuela se denomina escuela reduccionista, y se basa en fundamentos
epistemológicos positivistas, realistas y objetivistas, favoreciendo la investigación cuantitativa y
experimental, la prueba de hipótesis, y enfocándose en la toma de decisiones individuales y los
sesgos cognitivos que se presentan a partir de allí.
La segunda escuela de estrategia conductual, propuesta por Powell et al., (2011), se
denomina escuela pluralista, y se enmarca en posturas epistemológicas asociadas al nominalismo,
el pragmatismo, y el evolucionismo. Según los autores, esta escuela hace uso de métodos de
investigación tanto cualitativos como cuantitativos que van desde estudios de caso, hasta el uso
de estadística multivariante y métodos mixtos, y se orienta hacia el estudio de las decisiones
que se toman en el contexto de la empresa. Finalmente, Powell et al., (2011), mencionan una
tercera escuela denominada escuela pluralista, la cual se basa en postulados epistemológicos
constructivistas y críticos, favoreciendo la investigación cualitativa, particularmente aproximaciones
desde la fenomenología y la etnografía, que se enmarcan en el contexto de la organización, y
estudiando fenómenos asociados a las decisiones que toman los gerentes en diferentes contextos.
Sin embargo, de acuerdo con Powell et al., (2011), la escuela reduccionista ha tenido hasta
ahora un papel preponderante en la investigación en estrategia conductual. En este sentido, Sibony
et al., (2017) manifestaron que esta escuela ha producido ideas importantes para la aplicación
práctica de la gestión debido a su énfasis en conceptos aplicables como las heurísticas y los sesgos
cognitivos. Esta escuela de pensamiento de la estrategia conductual se fundamenta en gran media
en los postulados del economista Herbert Simon y su concepto de racionalidad limitada. Según
Augier y Dew (2018), los conceptos propuestos por Simon fundamentan el concepto actual de la
estrategia conductual. De acuerdo a los autores, Simon planteó cuatro pilares que se relacionan
directamente con los aspectos conductuales de la estrategia, los cuales comprenden una mirada
interdisciplinar que integra diferentes perspectivas, un impulso empírico que promueve la aplicación
práctica de la investigación, el uso de una metodología plural de enfoques de investigación, y la
importancia del vínculo directo con la administración para fomentar el aprendizaje.
En este mismo sentido, Cristofaro (2017) manifestó que Simon (1947) en su texto seminal
The Administrative Behaviour, introdujo el concepto de racionalidad limitada, en el cual advierte
sobre las capacidades cognitivas limitadas que tienen las personas para tomar decisiones debido a
que se tienen tres restricciones relacionadas con: información incompleta, dicultad para anticipar
las consecuencias de las acciones futuras, y escaso conocimiento de los posibles comportamientos
humanos. Frente a este aspecto, Cristofaro (2017) arma que es importante no confundir el
concepto de racionalidad limitada con la irracionalidad. De igual forma, Hatchuel (2001) armó
que Simon rechazaba el concepto del comportamiento humano basado en la racionalidad y la
maximización de la utilidad promulgado por la economía clásica.
Estos postulados de Simon sobre la racionalidad limitada, son retomados por la estrategia
conductual para fundamentar sus principios sobre el comportamiento humano en la toma
de decisiones. De acuerdo con Powell (2017), la estrategia conductual desafía los supuestos
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conductuales de la teoría microeconómica al tratar la eciencia del mercado y la racionalidad de las
decisiones como cuestiones empíricas que deben observarse y comprobarse en el comportamiento
real de los participantes en el mercado, ofreciendo unos supuestos más realistas sobre el
comportamiento del mercado, y demostrando que los participantes humanos en el mercado no se
comportan como agentes económicos racionales.
Por otro lado, Cristofaro (2017) armó que los postulados de Simon sobre la racionalidad
limitada llevaron al desarrollo del concepto los principales conceptos de la teoría prospectiva,
propuesto por Kahneman y Tversky (1979), el cual explicaba el funcionamiento de la racionalidad
limitada en los seres humanos. Previamente, Tversky y Kahneman (1974), introdujeron el concepto
de heurísticas y sesgos cognitivos, que se constituye como otro de los pilares que sustentan la
estrategia conductual. Abatecola, Caputo, y Cristofaro, (2018) indicaron que las heurísticas son
atajos cognitivos que utiliza el cerebro un proceso de toma de decisiones es limitado, en términos de
disponibilidad de tiempo y datos, y estas heurísticas pueden llevar a desarrollar sesgos cognitivos,
que son errores sistemáticos en los juicios.
Es así como Tversky y Kahneman (1974) estudiaron los atajos cognitivos o heurísticas y
los sesgos que se desprenden de ellos. Los autores indicaron que las heurísticas cognitivas son
atajos mentales adaptados para permitir una rápida interpretación del entorno complejo. Según
los autores, los individuos confían en un número limitado de principios heurísticos, que pueden
resultar muy útiles, pero a la vez pueden conducir a errores sistemáticos en el juicio. Tversky
y Kahneman (1974) armaron que las heurísticos más comunes que se emplean para estimar
probabilidades son la heurística de representatividad, en cual se llegan a realizar juicios en la
medida en una situación se asemeje a otra, lo que puede llevar a la generación de estereotipos;
la heurística de la disponibilidad, que nos lleva a basar nuestras decisiones en la información que
tenemos disponible en el momento porque creemos que es lo más probable cuando muchas
veces no es así; y la heurística de anclaje y ajuste, que nos lleva a emitir juicios basados en algún
valor inicial, y nos puede llevar a respuestas sesgadas por este valor inicial.
Los principales sesgos cognitivos evidenciados por Tversky y Kahneman (1974) se
relacionan con cada una de estas tres heurísticas. Según los autores en relación a la heurística de
la disponibilidad, se encuentra el sesgo de la insensibilidad al tamaño de la muestra, que implica
hacer predicciones basadas en muestras pequeñas, las concepciones erróneas del azar, que
implica que cuando se conoce la frecuencia de un acontecimiento, se espera que este se siga
produciendo con las mismas características; la insensibilidad a la previsibilidad, que se reere a
la tendencia a asignar una probabilidad teniendo en cuenta solo información reciente; la ilusión
de validez, que consiste en hacer predicciones de un resultado basado en la información inicial;
y las concepciones erróneas de la regresión, que se relacionan con la probabilidad de que a una
puntuación alta le siga una puntuación baja y viceversa. Frente a los sesgos que se producen en
relación a la heurística de la disponibilidad los autores mencionaron los sesgos debido a ejemplos
recuperables, que hace referencia a que una frecuencia pasada de sucesos similares se replicará
en el futuro; los sesgos debidos a la efectividad de una búsqueda, que se relaciona con la utilización
de patrones limitados de recuperación de información; los sesgos de imaginabilidad, que implica
la utilización de la imaginación para hacer predicciones sobre sucesos que no conocemos; y la
correlación ilusoria, que se maniesta en la evaluación conjunta de dos eventos que no tienen
relación. Finalmente, frente a la heurística de anclaje y ajuste, Tversky y Kahneman (1974) ilustraron
el sesgo de ajuste insuciente que se reere a la estimación de un valor inicial que se va ajustando
conforme se obtiene información adicional; los sesgos en la evaluación de eventos conjuntivos
y disjuntivos, que implica una tendencia a sobreestimar la probabilidad de eventos conjuntivos,
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y a subestimar las probabilidad de eventos disjuntivos; y el sesgo de anclaje en la estimación de
distribuciones de probabilidad subjetiva, que se relaciona con la estimación de una determinada
cantidad basado en creencias subjetivas.
Por otro lado, a partir del concepto de la racionalidad limitada, Kahneman (2003) propuso lo
que denominó mapa de la racionalidad limitada, en el cual se enmarcaba las líneas de investigación
que había seguido en relación con las heurísticas y sesgos cognitivos, la teoría prospectiva y su
modelo de agente racional. Posteriormente, partiendo del concepto de las heurísticas y los sesgos
cognitivos, se desarrolló la teoría del proceso dual de cognición. De acuerdo con Cristofaro (2017),
el funcionamiento cognitivo de los seres humano ocurre en dos sistemas diferentes del cerebro.
En relación con la teoría del proceso dual de cognición, existen varias aproximaciones a esta teoría,
las cuales orientan en armar que las capacidades cognitivas de las personas se sustentan en
dos procesos diferenciados de razonamiento, que incluyen procesos cognitivos, que son rápidos
y automáticos, y sobre los cuales no se tiene consciencia; y procesos lentos y analíticos, sobre
los cuales se tiene consciencia. Evans (1991) armó que estas teorías se han fragmentado en
gran medida porque diferentes autores han centrado sus argumentos en diferentes preguntas y
modelos experimentales. Justamente Evans (1984), fue uno de los pioneros de la teoría del proceso
dual, al hacer la distinción entre los procesos heurísticos y los procesos analíticos de razonamiento
humano. De acuerdo con el autor, durante el proceso heurístico, las personas seleccionan la
información que es relevante para determinada situación, y luego mediante el proceso analíticos
se analiza esta información y se hacen juicios frente a la situación.
Por otro lado, Stanovich y West (2000) fueron pioneros en utilizar la denominación de
Sistema 1 y Sistema 2 para etiquetar los dos procesos cognitivos que forman la teoría del proceso
dual. De acuerdo a los autores, la investigación ha demostrado que aunque las respuestas humanas
frente a diferentes situaciones se aparten del juicio racional y sugieran una aparente irracionalidad,
esto no signica que los seres humanos sean irracionales sino que sus procesos cognitivos están
mediados tanto por el denominado Sistema 1, el cual se caracteriza por ser automático, en gran
parte inconsciente y poco exigente en cuanto a la capacidad de cálculo; y el denominado Sistema
2, el cual se relaciona con los procesos de inteligencia analítica.
Kahneman (2003, 2011) se soportó en la teoría del proceso dual para enmarcar sus
investigaciones sobre la toma de decisiones, particularmente en relación con las heurísticas y los
sesgos cognitivos. Mediante el enfoque de Kahneman (2003, 2011), se aplicó la teoría del proceso
dual a la teoría económica, particularmente a la economía conductual, para ilustrar que, aunque
las personas no son irracionales, su comportamiento no se ajusta a los modelos económicos que
abogan por la racionalidad. De esta forma, el autor llevó el concepto de la teoría del proceso
dual de la sicología cognitiva a la economía, y sobre este concepto, se derivó posteriormente su
aplicación a la gestión empresarial.
Kahneman (2011) se rerió al Sistema 1 como un sistema de pensamiento rápido, y
reiteró que éste actúa de forma automática, inconsciente, constante y sin esfuerzo; mientras que
el Sistema 2, al cual denominó sistema de pensamiento lento, actúa como un sistema analítico,
que utiliza el razonamiento deductivo, y requiere concentración y esfuerzo. De acuerdo con el
autor, el Sistema 1 es el que les da sentido a nuestras acciones cotidianas, sin embargo, este
sistema tiene la tendencia a cometer errores sistemáticos en nuestros juicios, pues este tipo de
pensamiento intuitivo se rige por heurísticas, que son atajos mentales, que usamos para pensar y
actuar rápidamente. De igual forma, el autor armó que los seres humanos tienen la tendencia a
buscar soluciones que implican un menor esfuerzo mental, y allí radica la importancia del Sistema
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1, pues la mayoría de las decisiones se toman guiadas por la intuición, aunque esto no signica
que sean decisiones irracionales, pues luego entra el Sistema 2 a evaluar la conveniencia de la
decisión tomada. De acuerdo con el autor, el sistema 1 proporciona impresiones que a menudo
se convierten en creencias y acciones que guían el comportamiento, y el problema radica en que,
en muchas ocasiones, el Sistema 2 se confía mucho en la orientación que proporciona el Sistema
1 y por esto se generan los errores de juicio. El autor menciona también que es posible que se
cometan menos errores cuando se prioriza el Sistema 2, pero esto también puede llevar a que se
limite la creatividad.
Kahneman (2011) amplió signicativamente el número de heurísticas y sesgos que
intereren en nuestros juicios, evidenciando la inuencia del pensamiento intuitivo propio del
Sistema 1 en el razonamiento humano. De acuerdo al autor, algunos de las heurísticas y sesgos
que prevalecen son la ley de los pequeños números, que implica que pensamos que una muestra
pequeña puede ser representativa de una población mayor; las anclas, que se reeren a que cuando
un valor particular que se presenta, éste inuye en la estimación de una cantidad; la ciencia de la
disponibilidad, que se relaciona con la facilidad con la que pensamos en situaciones conocidas
para juzgar los acontecimientos; la heurística de disponibilidad, emoción y riesgo, que se orienta
a la tendencia de simplicar situaciones creando un orden relativo, la denominada especialidad
de Tom W, que nos lleva a sobrevalorar la evidencia que tenemos frente a un acontecimiento;
el concepto de Linda: menos es más, que arma que agregar detalles hace más persuasivo un
fenómeno aunque lo pueda alejar de la realidad, el concepto referido a las causas triunfan sobre la
estadística que arma que es más probable aprender de un caso individual que de las estadísticas;
la regresión a la media, que se reere a uctuaciones aleatorias que se presentan en un evento
determinado; y el sesgo denominado domesticando las predicciones intuitivas, que se relaciona
con sustituir aspectos complejos por otros más fáciles de abordar. En este sentido, el autor también
planteó que tenemos un exceso de conanza en lo que sabemos o creemos saber. Frente a esta
situación armó que se presentan sesgos como la ilusión de entender, que implica hacer ajustes a
los eventos pasado para poder comprenderlos; la ilusión de validez, que arma en muchos casos
sacamos conclusiones a partir de evidencia escasa; la heurística de intuiciones versus fórmulas, que
se reere a la tendencia a hacer predicciones basados en suposiciones por encima de fórmulas
predictivas; la intuición experta, que arma que las predicciones basadas en experticia pueden
llevar a errores de juicio; la visión desde afuera que se relaciona con la tendencia a planicar a
partir de los mejores escenarios posibles sin considerar otras opciones; y el denominado motor
del capitalismo, que se reere a hacer predicciones basadas una visión sumamente optimista que
puede generar un exceso de conanza.
En cuanto a su relación directa con la economía, Kahneman (2011) desaó el supuesto
de los agentes económicos son racionales, ilustrando cómo a partir de los dos procesos de
pensamiento propuesto por la teoría de procesos duales, el comportamiento se aleja del concepto
de racionalidad económica. El autor planteó sesgos como el de los denominados errores de
Bernoulli que se relacionan con la utilidad esperada, y en el cual una misma cantidad se perciba
de forma relativa dependiendo de la situación de una persona; la teoría de las perspectivas, que
implica un prejuicio hacia las pérdidas en situaciones de incertidumbre, lo que puede llevar a una
aversión al riesgo; el efecto de dotación, que atribuye un mayor valor a las cosas por el hecho de
poseerlas y que a su vez implica también una mayor aversión a la perdida; los malos eventos, que se
relaciona con un cambio de comportamiento ante una situación adversa; el patrón de cuatro, que
implican una tendencia a esforzarse más por evitar las pérdidas que por asegurar las ganancias;
los eventos raros que implica que las personas sobreestiman las probabilidades de ocurrencia de
eventos improbables; las políticas frente al riesgo, que implica tomar precauciones exageradas
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para evitar una perdida; el sesgo denominado haciendo cuentas, que se relaciona con que las
recompensas y los castigos forman las preferencias y motivan las acciones; las revocaciones, que
se reere a evaluaciones individuales son más emocionales mientras que las comparaciones entre
dos situaciones se elaboran de una manera más analítica; y los marcos y la realidad, que implica
que dos armaciones que tienen el mismo signicado, pueden tener diferentes connotaciones
dependiendo de la forma en que se presenten.
Kahneman, Lovallo y Sibony (2011) plantean una importante contribución al campo de la
estrategia conductual por medio de una herramienta que permite detectar y a reducir los sesgos
cognitivos que se presentan en la toma de decisiones en la empresa. Esta herramienta alienta a la
utilización del denominado Sistema 2 para determinar los errores del Sistema 1. De acuerdo con
los autores, esta herramienta contiene una serie de preguntas que deben hacerse los tomadores
de decisiones, las cuales se dividen en tres categorías: preguntas que deben hacerse a sí mismos,
preguntas que deben utilizar para cuestionar a a otras personas, y preguntas para evaluar las
decisiones tomadas.
Conceptos como la racionalidad limitada, las heurísticas y sesgos cognitivos, y el proceso dual
de cognición, se asocian de forma directa a la estrategia conductual, y particularmente a la escuela
reduccionista de la estrategia conductual. Si bien Sibony et al., (2017) arman que la estrategia
conductual puede hacer contribuciones signicativas a la práctica de la gestión empresarial, siempre
y cuando involucre las tres escuelas de pensamiento., Powell et al., (2011) maniestan que muchos
académicos consideran que la estrategia conductual podría lograr mayores sinergias si se enfoca
en una de las tres escuelas de estrategia conductual, en la cual se tiene preferencia por la escuela
reduccionista, tal y como se hace en el campo de la economía conductual, aunque advierten que
es necesario abordar la estrategia conductual desde las tres escuelas. En este sentido, Sibony et al.,
(2017) indicaron que la estrategia conductual puede contribuir de una mejor manera a la práctica
de gestión, cambiando su enfoque en los sesgos individuales, hacia el estudio de procesos de
decisión sobre el comportamiento a nivel de la empresa.
Sin embargo, si bien no hay un consenso generalizado en este aspecto, tomar el ejemplo
de la economía conductual que se orienta hacia la toma de decisiones individuales, considerando
la racionalidad limitada de las personas y los sesgos que conlleva, y aprovechando el amplio campo
de investigación previo de la psicología cognitiva y los avances en el campo de la neurociencia,
podría continuar siendo un punto de partida para la construcción de un cuerpo de investigación
sólido sobre la estrategia conductual.
Conclusiones y Recomendaciones
Comprender aspectos fundamentales de la cognición humana tales como la racionalidad limitada, la
teoría prospectiva, las heurísticas y sesgos cognitivos, y el proceso dual de cognición, permiten a los
investigadores un entendimiento más realista de los procesos que involucra la toma de decisiones
de los diferentes actores en el campo empresarial. La estrategia conductual busca la integración
de estos aspectos de la sicología cognitiva, además de otros de la sicología social, con la gestión
empresarial para un mejor entendimiento de los individuos en la empresa, de una manera similar
a que hace la economía conductual para una mejor comprensión de los actores de un mercado.
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Aunque la estrategia conductual es un campo prometedor para la investigación empresarial,
aún tiene un camino largo por recorrer para consolidarse como una teoría sólida de investigación. Y
aunque puede beneciarse del un extenso campo de investigación previa en la sicología cognitiva,
y de un creciente campo como la neurociencia, que cada presenta nuevos descubrimientos sobre
el comportamiento y la toma de decisiones de las personas; aún requiere una mayor integración y
difusión. En su afán por integrar diferentes enfoques y aproximaciones, no ha logrado consolidarse
aún y su signicado continúa siendo ambiguo. Enfocarse en una sola perspectiva, a través de una
escuela como la denominada escuela reduccionista, posibilitaría este enfoque y permitiría una
mejor comprensión de concepto, de manera similar a lo sucedido con la economía conductual, que
se orienta en procesos cognitivos individuales, para entender interacciones que se presentan entre
diferentes agentes, así como las motivaciones reales de estos agentes para una comprensión más
realista de las mismas. De esta forma, la estrategia conductual permitiría no solo comprender la
toma de decisiones en situaciones extremas como las que se presentan a raíz de la pandemia del
COVID_19, sino también la toma de decisiones en situaciones generales y cotidianas, para ser más
asertivos en la comprensión de los aspectos cognitivos de los diferentes actores que intervienen
en el ámbito empresarial.
Referencias
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Cómo citar este artículo:
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